La explotación resinera ha sido una actividad económica muy importante para esta localidad, pues a día de hoy, en el actual edificio del Museo de Arcos de la Sierra, se situaba la antigua fábrica de resinas, que contaba con un gran prestigio provincial.
Para el mes de junio comenzaba la recogida de resina. Se encargaban los remasadores en cuadrilla. El carretero debía con anterioridad haber repartido las cubas por el monte en los lugares predeterminados. Con la paleta y la lata, recorrían pino por pino el monte, para una vez llena, vaciarla en las cubas .
La fábrica recogía toda la producción local y de todos los pueblos cercanos. Era sin duda uno de los emblemas de la actividad económica de Arcos de la Sierra en la serranía de Cuenca durante décadas y un emblema en toda la comarca de la Serranía de Cuenca.
Rescatamos las imágenes, algunas casi fuera de la memoria del tiempo, para comprender la evolución de la sociedad, las gentes y entorno urbano de un pueblo que ha vivido lo mejor y peor de la Historia de España.
El yugo y el haz de flechas constituyen una divisa cuyo origen se remonta a la España de los Reyes Católicos. Fue utilizado como escudo para la monarquía de Fernando e Isabel y los monarcas Católicos siguientes, representando una España unida y el «símbolo de las virtudes heroicas de la raza». Fue también una alusión a los nombres de los dos monarcas: la letra Y representaba el Yugo y a Ysabel (en la escritura de entonces), mientras que la F representaba las Flechas y a Fernando. Por desgracia, con el tiempo, la agrupación de Falange Española se atribuyó a sí misma este emblema.
En la siguiente imagen recoloreada y remasterizada digitalmente, observamos la procesión de San Bartolomé y una parte del emblema falangista con el yugo y las flechas. Este simbolo fué instalado posteriormente a 1945, momento en el que la falange modificó su diseño con las flechas apuntando hacia arriba, ya que previamente apuntaban al revés.
El judas en la plaza de Arcos de la Sierra en 1962.
Las Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada constituyen la más antigua y exhaustiva encuesta disponible sobre los pueblos de la Corona de Castilla a mediados del siglo XVIII.
Este catastro del Marqués de la Ensenada fué puesto en marcha por Real Decreto de Fernando VI de 10 de octubre de 1749, como paso previo a una reforma fiscal, que sustituyera las complicadas e injustas rentas provinciales por un solo impuesto, la llamada Única Contribución. La Única Contribución no se llegó a implantar, pero ha dejado un importante volumen de documentación, entre la cual se encuentra, el conocido por aquel entonces como, lugar de Arcos de la Sierra.
Dueño de vidas y haciendas de Arcos de la Sierra.
En el siglo XVIII, Arcos era un señorío del Marqués de Ariza, aunque más tarde llegaría a un acuerdo con la población y lo donaría al censo a cambio de una renta anual importante.